"Carp fishing"
Un viejo pescador decía, con simples palabras, por qué los peces más grandes eran los más valorados por el pescador: “Los peces grandes son los más viejos, por viejos son los más sabios, por viejos y sabios son los más desconfiados y por tanto los más difíciles de engañar; cuando un pescador pesca el más grande, no solamente sabe pescar, sino que también sabe pensar como el pez”. Conseguir picadas de carpas pequeñas y medianas no es demasiado difícil y de hecho cualquier pescador medianamente hábil lo puede conseguir, pero conseguir hacer picar a las carpas de mayor tamaño que igualen o superen los 20 kilos de peso es totalmente otra historia.
Estos ejemplares han llegado a alcanzar esa talla a base de sortear y superar toda una serie de obstáculos y dificultades que las hacen ser muy cautas y desconfiadas a la hora de engullir el cebo que el pescador les ha preparado. Especialistas de élite de esta modalidad aseguran que una gran carpa pasará varias veces por la zona donde otras carpas menos desconfiadas están comiendo, y sólo después de cerciorarse absolutamente de que no hay peligro entrará a comer.
El ‘Carp fishing’ consiste en localizar un determinado punto de pesca que sea frecuentado por las grandes carpas de un río o embalse, y mediante técnicas y cebos de lo más sofisticados, hacerlas picar. Se elige el sitio, se ceba una zona y se lanzan, en el centro de la zona, los cebos montados con anzuelos elegidos. Se espera entre una o varias horas y se vuelve a cebar, exactamente en el mismo sitio donde el pescador ha depositado los ‘boilies’ con anzuelo.
Boilies y Pellets
Existen en el mercado cebos especialmente fabricados para esta pesca: son los ‘boilies’, bolas esféricas del tamaño de una canica, y los ‘pellets’, que también son esféricos pero cortados en bisel y agujereados en el centro. Están fabricados a base de harinas y también de cereales, con aditivos de sabor, olor y color de lo más variado que uno pueda imaginar. Los hay de fresa, otros de vainilla, también de aceite de pescado y hasta con esencia de cacao con leche los he visto y hasta he probado, porque estos cebos están fabricados con ingredientes aptos para el consumo humano, bien por empresas de pesca o bien por el mismo pescador. La fabricación de ‘boilies’ por parte del propio pescador constituye una liturgia de lo más perfeccionista que uno pueda aventurar: ingredientes de primera calidad, endurecedores para que la pasta tenga el punto exacto de dureza, aditivos para darle color deseado, máquinas especialmente diseñadas para fabricarlos, redondeadores para que la esfericidad y el calibre sea exacto en cada bola, y así un largo etcétera. Al principio se pescaba con métodos muy tradicionales y poco a poco se introdujeron nuevos sistemas de cebado apareciendo en el mercado los ‘boilies’. También aparecieron trípodes de sujeción de cañas con elementos electrónicos avisadores de picada,
lanzadores de cebo, sillas y tiendas de campaña especialmente abricadas para este tipo de pesca.
Y los fabricantes de equipos de pesca, cañas, carretes, líneas, anzuelos, plomos y demás accesorios, viendo el mercado potencial que se estaba generando, apostaron por fabricar equipos exclusivamente dedicados al material de ‘Carp fishing’. Para cebar se emplean lanzadores de plástico denominados ‘cobra’ que colocan con exactitud increíble los boilies a distancias de más de 20 metros. Los plomos han alcanzado tal sofisticación que algunos imitan en tamaño, color y forma a piedras del fondo del río, para pasar totalmente desapercibidos a ojos de la astuta y desconfiada gran carpa que se busca.
Hacerle un agujerito al ‘boilie’ para pasar la línea y ponerle un tope de sujeción para que la línea no se deslice hace emplear una barrena de tamaño minúsculo con un determinado calibre, línea trenzada de color que se mimetiza con el boilie y tope de sujeción de material plástico especialmente diseñado para este fin, es el ejemplo de hasta dónde llega la sofisticación de esta modalidad.
Esta modalidad fue desarrollada en origen en las islas británicas hace ya más de 30 años por un grupo de entusiastas de la pesca de la carpa que desarrollaron técnicas y cebos a la par que una filosofía de total respeto a la naturaleza y pesca sin muerte (todas las capturas son devueltas al agua con vida) digna de elogio. Revistas específicas de ‘Carp fishing’, programas de TV, ferias y concursos a nivel europeo son hoy prueba de lo que esta modalidad significa. En Aragón, el Ebro está en la agenda de los mejores especialistas de ‘Carp fishing’ de Europa por la gran talla que alcanzan aquí las carpas. De hecho, el pescador de Mequinenza Jordi Oriol consiguió hace unos años batir el récord de esta especie en España con una captura de 29 kilos que ilustra este artículo.
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