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jueves, 23 de agosto de 2012

Pesca de grandes truchas.

En la actualidad todavía es posible pescar grandes truchas en nuestros embalses y lagos, repartidos a lo largo de gran parte de la geografía Peninsular. Galicia, Asturias, Cantabria, País Vasco, Rioja, Aragón, Cataluña, Castilla y León, Castilla la Mancha y Madrid, tienen muchas masas de aguas tranquilas, capaces de albergar grandes ejemplares de truchas comunes en su seno.
Por otra parte, si atendemos a la biología de este salmónido es indiscutible que la media de tamaño de las truchas en una masa de aguas quietas será siempre superior a la de casi cualquier  río. Esto es lógico. En un río las truchas disponen de una cantidad de alimento bastante más limitado que en un lago. En estas mismas aguas estos peces tienen que estar casi continuamente luchando contra los flujos de las corrientes que se generan en estos ecosistemas, con el consiguiente gasto de energía que esto supone. La masa de agua disponible es siempre infinitamente superior en un lago o embalse que en un río, lo que supone un mayor refugio, más cantidad de apostaderos y por consiguiente un menor gasto energético para conseguir el alimento. Por regla general, las masas de agua de los lagos y embalses sufren de manera menos dramática las consecuencias de los cambios de regímenes hídricos estaciónales, grandes riadas o periodos de sequía.
Cuando mayor es un volumen de agua, más lentamente sufre los cambios térmicos a los que está expuesta.
De todo esto podemos obtener varias e importantes conclusiones.
Por lo general las truchas de los lagos y embalses, crecen más deprisa que las de los ríos.
El tamaño medio de las truchas capturadas en los lagos o embalses es bastante superior a las de las aguas con corrientes.
No será por tanto ninguna idea descabellada el planificar algunas jornadas de pesca hacia este tipo de aguas, para intentar la captura de alguna trucha record, con seguridad no estaremos perdiendo el tiempo.
Para pescar con ciertas garantías de éxito en un lago o embalse, deberemos  estudiar con detenimiento varias cuestiones importantes.
La paciencia y la confianza.
En la mayoría de las ocasiones, siempre será mucho más fácil localizar  las truchas en un río que en una gran masa de agua, donde la amplitud y profundidad a veces nos suele sobrepasar.
La solución más adecuada para solucionar estos problemas pasará por observar y estudiar muy bien la masa de agua donde vamos a pasar esa jornada de pesca.
Conocer de antemano las entradas de ríos o arroyos, las zonas de cortados y las zonas con vegetación sumergida, supondrá un gran avance para obtener resultados positivos.
La mentalización sobre el tipo de aguas en el que vamos a pescar y la confianza en el método que vamos a utilizar, son sin duda las mejores armas para afrontar la pesca de grandes ejemplares.

La elección del embalse o lago.
La gran diversidad de este tipo de ecosistemas acuáticos repartidos a lo largo de nuestra geografía, puede facilitar la labor de elegir la masa de agua correcta para afrontar la jornada de pesca.
Prácticamente cualquier lago o embalse de las comunidades citadas al principio de este artículo, que estén exentos de un exceso de contaminación y que estén ubicados a una altura correcta dependiendo de cada zona, pueden albergar ejemplares de trucha común de grandes proporciones.
Lógicamente siempre hay masas de agua donde la población de trucha es mucho más importante que otras especies y viceversa, lagos o embalses donde la trucha común tiene una modesta presencia.
Una buena manera para elegir esa lámina de agua ideal, consiste en visitar los embalses y lagos más cálidos y situados a menor altitud, al filo de la apertura de la veda de este salmónido. En estas fechas si el final del invierno ha sido normal, en estas zonas la actividad de las grandes truchas  puede estar en pleno apogeo.
Por el contrario, en las masas de agua de los embalses más norteños y situados a mayor altitud, por lo general sujeto a periodos de deshielo, lo más aconsejable es visitarlos a partir de finales de abril o primeros de mayo.
También deberemos contemplar que con los meses estivales, los grandes ejemplares de trucha común buscarán las capas más profundas, donde la temperatura del agua y el oxígeno disuelto en la misma sean ideales para su subsistencia.
En estos momentos deberemos pescar solamente durante las primeras y últimas horas del día. Es en estos escasos momentos cuándo las truchas se acercarán a las orillas y reculas para realizar su ciclo alimentario.
Las modalidades.
Indiscutiblemente el lanzado ligero o spinning, es la modalidad más productiva y deportiva con la que podemos contar, para afrontar con éxito nuestras jornadas de pesca en lagos y embalses trucheros.
Por supuesto que existen otras modalidades también altamente productivas, cómo son la pesca con cebos naturales y el curricán desde embarcación, pero sin lugar a duda, la captura de grandes truchas con estos dos métodos adolece de la deportividad  y nobleza que estos grandes ejemplares se merecen.

Tendremos dos opciones para poder pescar la masa de agua de un lago o embalse. La primera será el recorrer las orillas a pié, la segunda será él poder afrontar la jornada desde una embarcación.
Indiscutiblemente si se tiene la oportunidad de pescar desde un barco, estaremos multiplicando las oportunidades de capturar grandes ejemplares  en estos escenarios.
La combinación de lanzado ligero, truchas de lagos o embalses y embarcación, es sin duda la mejor fórmula para intentar capturar la trucha de nuestra vida.
Pero no es oro todo lo que reluce. Para poder pescar truchas desde una embarcación deberemos cumplir los requisitos necesarios legalmente establecidos. Que las aguas sean navegables. Observar las condiciones de navegabilidad de la masa de aguas en la que queremos pescar. Estar en posesión de los permisos correspondientes a la Cuenca Hidrográfica pertinente. Obtener la licencia de pesca desde barco, que ampara a los pescadores que realizan esta actividad desde el mismo. Tener el seguro correspondiente. Poseer el titulo de patroneo de la embarcación, si esta sobrepasa el tamaño y la potencia del motor establecidos. Llevar el documento que acredita la titularidad de la embarcación. Etc, etc…. y por supuesto tener una barca propia o contar con un amigo que la tenga.
Incluso existen algunas empresas que se dedican durante la temporada truchera a realizar salidas de pesca de truchas en embalses, cómo es el caso de “Acción Pesca León”, que opera en la zona norte de España y que cuenta con guías especializados en dicha modalidad, cómo es el caso de Martín Vielva García, gran pescador y conocedor de muchos de los embalses donde habitan truchas gigantes.
Si al final nos encontramos a bordo del barco, flotando en aguas con una razonable cantidad de truchas comunes y con unas condiciones climatológicas favorables para la pesca, habremos avanzado mucho para intentar poner en la sacadora un gran pez.

El equipo.
La cualidad principal que deben tener las cañas y carretes utilizados en esta modalidad, es sin duda alguna la ligereza de los mismos.
Durante el desarrollo de la pesca, haremos miles de lanzados que requieren una gran precisión y que en muchas ocasiones se realizan en posturas relativamente complicadas. Si los materiales no reúnen unas mínimas características de ligereza, calidad y confort, estaremos perdiendo concentración y por ende capacidad de pesca.
Recomiendo utilizar cañas con medidas entre los 2,10 y los 2,40 metros de longitud.
La marca Shimano nos garantiza unas prestaciones de primer orden con sus nuevos modelos Antares Spinnig Progressive con acción Médium.
Es muy importante elegir acciones suaves para este tipo de pesca, pues pescando con peces artificiales hemos observado que se consigue un mayor número de clavadas con éxito, que utilizando cañas con acciones más duras.
En cuanto a los carretes deberemos elegir tamaños reducidos y ligeros, con una buena relación de recuperación y con un freno potente y suave.
De nuevo Shimano nos ofrece todas las garantías que se requieren para este tipo de pesca. Modelos como Stella, Twin Power o Stradic, en sus tamaños 2500 ó 4000, permiten realizar jornadas intensas de pesca sin preocupaciones de funcionamiento y con prestaciones acordes a la dureza de esta modalidad de pesca.
Las líneas más adecuadas deben de ser de monofilamento y de un diámetro entre los 0,20 mm y los 0,25 mm, dependiendo de que pesquemos en aguas libres o en lugares con árboles o ramajes que puedan dificultar la captura de un buen pez.
También es absolutamente recomendable utilizar finas líneas trenzadas, que nos permitirán arriesgar más en los lanzados y tener más confianza durante la lucha con un gran ejemplar.
Cómo mínimo deberemos llevar varias bobinas por cada carrete que vayamos a utilizar. Recomiendo utilizar líneas de máxima calidad y que posean las características de diámetro y resistencia reales y acorde a lo que en su embalaje se dice. Es común hoy en día, encontrarnos con multitud de marcas que no cumplen los mínimos requisitos de honradez en cuanto a las características técnicas de sus hilos.
La marca Sufix nos ofrece en toda su gama 832 una línea de absoluta calidad y fiabilidad para este tipo de pesca.
En cuanto a los señuelos, sin duda Rapala es quién se lleva la “trucha al agua”. La inmensa mayoría de truchas grandes que se pescan con pececillos artificiales en todo el Mundo, sucumben a la irresistible acción de los Rapala Countdown de 5 y 7 centímetros de colores naturales.
Estos señuelos deberán abundar en nuestras cajas de pesca, si queremos obtener resultados constantes en nuestras salidas a por las truchas gigantes de nuestros lagos y embalses.
Una última recomendación, no olvidéis la cámara de fotos y procurad devolver el mayor número posible de vuestras capturas.

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