Pesca de grandes truchas.
En la actualidad todavía es posible pescar grandes truchas en
nuestros embalses y lagos, repartidos a lo largo de gran parte de la
geografía Peninsular. Galicia, Asturias, Cantabria, País Vasco, Rioja,
Aragón, Cataluña, Castilla y León, Castilla la Mancha y Madrid, tienen
muchas masas de aguas tranquilas, capaces de albergar grandes ejemplares
de truchas comunes en su seno.
Por otra parte, si atendemos a la biología de este salmónido es
indiscutible que la media de tamaño de las truchas en una masa de aguas
quietas será siempre superior a la de casi cualquier río. Esto es
lógico. En un río las truchas disponen de una cantidad de alimento
bastante más limitado que en un lago. En estas mismas aguas estos peces
tienen que estar casi continuamente luchando contra los flujos de las
corrientes que se generan en estos ecosistemas, con el consiguiente
gasto de energía que esto supone. La masa de agua disponible es siempre
infinitamente superior en un lago o embalse que en un río, lo que supone
un mayor refugio, más cantidad de apostaderos y por consiguiente un
menor gasto energético para conseguir el alimento. Por regla general,
las masas de agua de los lagos y embalses sufren de manera menos
dramática las consecuencias de los cambios de regímenes hídricos
estaciónales, grandes riadas o periodos de sequía.
Cuando mayor es un volumen de agua, más lentamente sufre los cambios térmicos a los que está expuesta.
De todo esto podemos obtener varias e importantes conclusiones.
Por lo general las truchas de los lagos y embalses, crecen más deprisa que las de los ríos.
El tamaño medio de las truchas capturadas en los lagos o embalses es bastante superior a las de las aguas con corrientes.
No será por tanto ninguna idea descabellada el planificar algunas
jornadas de pesca hacia este tipo de aguas, para intentar la captura de
alguna trucha record, con seguridad no estaremos perdiendo el tiempo.
Para pescar con ciertas garantías de éxito en un lago o embalse,
deberemos estudiar con detenimiento varias cuestiones importantes.
La paciencia y la confianza.
En la mayoría de las ocasiones, siempre será mucho más fácil
localizar las truchas en un río que en una gran masa de agua, donde la
amplitud y profundidad a veces nos suele sobrepasar.
La solución más adecuada para solucionar estos problemas pasará por
observar y estudiar muy bien la masa de agua donde vamos a pasar esa
jornada de pesca.
Conocer de antemano las entradas de ríos o arroyos, las zonas de
cortados y las zonas con vegetación sumergida, supondrá un gran avance
para obtener resultados positivos.
La mentalización sobre el tipo de aguas en el que vamos a pescar y la
confianza en el método que vamos a utilizar, son sin duda las mejores
armas para afrontar la pesca de grandes ejemplares.
La elección del embalse o lago.
La gran diversidad de este tipo de ecosistemas acuáticos repartidos a
lo largo de nuestra geografía, puede facilitar la labor de elegir la
masa de agua correcta para afrontar la jornada de pesca.
Prácticamente cualquier lago o embalse de las comunidades citadas al
principio de este artículo, que estén exentos de un exceso de
contaminación y que estén ubicados a una altura correcta dependiendo de
cada zona, pueden albergar ejemplares de trucha común de grandes
proporciones.
Lógicamente siempre hay masas de agua donde la población de trucha es
mucho más importante que otras especies y viceversa, lagos o embalses
donde la trucha común tiene una modesta presencia.
Una buena manera para elegir esa lámina de agua ideal, consiste en
visitar los embalses y lagos más cálidos y situados a menor altitud, al
filo de la apertura de la veda de este salmónido. En estas fechas si el
final del invierno ha sido normal, en estas zonas la actividad de las
grandes truchas puede estar en pleno apogeo.
Por el contrario, en las masas de agua de los embalses más norteños y
situados a mayor altitud, por lo general sujeto a periodos de deshielo,
lo más aconsejable es visitarlos a partir de finales de abril o
primeros de mayo.
También deberemos contemplar que con los meses estivales, los grandes
ejemplares de trucha común buscarán las capas más profundas, donde la
temperatura del agua y el oxígeno disuelto en la misma sean ideales para
su subsistencia.
En estos momentos deberemos pescar solamente durante las primeras y
últimas horas del día. Es en estos escasos momentos cuándo las truchas
se acercarán a las orillas y reculas para realizar su ciclo alimentario.
Las modalidades.
Indiscutiblemente el lanzado ligero o spinning, es la modalidad más
productiva y deportiva con la que podemos contar, para afrontar con
éxito nuestras jornadas de pesca en lagos y embalses trucheros.
Por supuesto que existen otras modalidades también altamente
productivas, cómo son la pesca con cebos naturales y el curricán desde
embarcación, pero sin lugar a duda, la captura de grandes truchas con
estos dos métodos adolece de la deportividad y nobleza que estos
grandes ejemplares se merecen.
Tendremos dos opciones para poder pescar la masa de agua de un lago o
embalse. La primera será el recorrer las orillas a pié, la segunda será
él poder afrontar la jornada desde una embarcación.
Indiscutiblemente si se tiene la oportunidad de pescar desde un
barco, estaremos multiplicando las oportunidades de capturar grandes
ejemplares en estos escenarios.
La combinación de lanzado ligero, truchas de lagos o embalses y
embarcación, es sin duda la mejor fórmula para intentar capturar la
trucha de nuestra vida.
Pero no es oro todo lo que reluce. Para poder pescar truchas desde
una embarcación deberemos cumplir los requisitos necesarios legalmente
establecidos. Que las aguas sean navegables. Observar las condiciones de
navegabilidad de la masa de aguas en la que queremos pescar. Estar en
posesión de los permisos correspondientes a la Cuenca Hidrográfica
pertinente. Obtener la licencia de pesca desde barco, que ampara a los
pescadores que realizan esta actividad desde el mismo. Tener el seguro
correspondiente. Poseer el titulo de patroneo de la embarcación, si esta
sobrepasa el tamaño y la potencia del motor establecidos. Llevar el
documento que acredita la titularidad de la embarcación. Etc, etc…. y
por supuesto tener una barca propia o contar con un amigo que la tenga.
Incluso existen algunas empresas que se dedican durante la temporada
truchera a realizar salidas de pesca de truchas en embalses, cómo es el
caso de “Acción Pesca León”, que opera en la zona norte de España y que
cuenta con guías especializados en dicha modalidad, cómo es el caso de
Martín Vielva García, gran pescador y conocedor de muchos de los
embalses donde habitan truchas gigantes.
Si al final nos encontramos a bordo del barco, flotando en aguas con
una razonable cantidad de truchas comunes y con unas condiciones
climatológicas favorables para la pesca, habremos avanzado mucho para
intentar poner en la sacadora un gran pez.
El equipo.
La cualidad principal que deben tener las cañas y carretes utilizados
en esta modalidad, es sin duda alguna la ligereza de los mismos.
Durante el desarrollo de la pesca, haremos miles de lanzados que
requieren una gran precisión y que en muchas ocasiones se realizan en
posturas relativamente complicadas. Si los materiales no reúnen unas
mínimas características de ligereza, calidad y confort, estaremos
perdiendo concentración y por ende capacidad de pesca.
Recomiendo utilizar cañas con medidas entre los 2,10 y los 2,40 metros de longitud.
La marca Shimano nos garantiza unas prestaciones de primer orden con
sus nuevos modelos Antares Spinnig Progressive con acción Médium.
Es muy importante elegir acciones suaves para este tipo de pesca,
pues pescando con peces artificiales hemos observado que se consigue un
mayor número de clavadas con éxito, que utilizando cañas con acciones
más duras.
En cuanto a los carretes deberemos elegir tamaños reducidos y
ligeros, con una buena relación de recuperación y con un freno potente y
suave.
De nuevo Shimano nos ofrece todas las garantías que se requieren para
este tipo de pesca. Modelos como Stella, Twin Power o Stradic, en sus
tamaños 2500 ó 4000, permiten realizar jornadas intensas de pesca sin
preocupaciones de funcionamiento y con prestaciones acordes a la dureza
de esta modalidad de pesca.
Las líneas más adecuadas deben de ser de monofilamento y de un
diámetro entre los 0,20 mm y los 0,25 mm, dependiendo de que pesquemos
en aguas libres o en lugares con árboles o ramajes que puedan dificultar
la captura de un buen pez.
También es absolutamente recomendable utilizar finas líneas
trenzadas, que nos permitirán arriesgar más en los lanzados y tener más
confianza durante la lucha con un gran ejemplar.
Cómo mínimo deberemos llevar varias bobinas por cada carrete que
vayamos a utilizar. Recomiendo utilizar líneas de máxima calidad y que
posean las características de diámetro y resistencia reales y acorde a
lo que en su embalaje se dice. Es común hoy en día, encontrarnos con
multitud de marcas que no cumplen los mínimos requisitos de honradez en
cuanto a las características técnicas de sus hilos.
La marca Sufix nos ofrece en toda su gama 832 una línea de absoluta calidad y fiabilidad para este tipo de pesca.
En cuanto a los señuelos, sin duda Rapala es quién se lleva la
“trucha al agua”. La inmensa mayoría de truchas grandes que se pescan
con pececillos artificiales en todo el Mundo, sucumben a la irresistible
acción de los Rapala Countdown de 5 y 7 centímetros de colores
naturales.
Estos señuelos deberán abundar en nuestras cajas de pesca, si
queremos obtener resultados constantes en nuestras salidas a por las
truchas gigantes de nuestros lagos y embalses.
Una última recomendación, no olvidéis la cámara de fotos y procurad devolver el mayor número posible de vuestras capturas.
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